Colección del Metalibro Víctor Salgado M 1 Agosto 2018 Fotografía: Víctor Salgado Texto: Mónica Salinero Edición: Javiera Novoa Idioma: Español 150 ejemplares 36 páginas 26 fotografías 978-956-393-979-8 A-293602 Santiago de Chile Agotado |
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La fotografía y edición de este primer volumen de la Colección del Metalibro, nos arroja en mitad de la pregunta primigenia de esta práctica, aquella que nos interroga sobre el estatuto de su evidencia y la veracidad de su información y materialidad. Sin embargo, antes siquiera de darnos cuenta donde hemos caído -pues solemos olvidar esta gran pregunta tan rápido como aparece- llegamos a la certeza de la persistente e impactante idea de que su mayor secreto está, literalmente, a la vista y que este no es otra cosa que su falta de correspondencia con las cosas del mundo terrenal. La fotografía de V. Salgado deviene así la pura representación, radicalizada por las herramientas de la propuesta editorial que logra poner al descubierto, quizás, una obsesión escondida en esta selección de obra.
El conjunto de las fotografías actúan como signos que adquieren significado según su disposición, configurando una relación y un relato para su lectura. Ya sea, a través de las duplas en su mayoría o, bien, en solitarias imágenes que cubren toda la superficie, en este relato los cuerpos orgánicos e inorgánicos quedan en un segundo plano, para dar lugar a la forma pura y el color; los elementos que conforman las escenas de las fotografías desaparecen como si se tratarán tan solo de abstracciones. He aquí, en este punto, que notamos que la forma y el color de la fotografía no nos hablan más que de sí mismos; porque a través de la experiencia sensorial de forma y color desechamos las pretensiones de realidad que alguna vez alegaron poseer estas imágenes. |
En este sentido, la organización y la vinculación en contraposición de las fotografías recalca que, a pesar de las diferencias de contenidos, siguen siendo dos versiones de lo mismo, como si no pudiese existir la una sin la otra o, también, como si fuesen citas mutuas: un árbol y un rayo son líneas quebradas, mientras que la nuca de un hombre de mediana edad y unas flores caídas, no son más que la escala tonal del rojo al blanco.
A la vez, parecen reforzarnos esta idea de la forma y el color y de la abstracción, los elementos que construyen la superficie de cada imagen: estos son de naturalezas diversas y aparecen incompletos o no están por su lado “correcto”, nos dan la espalda o no tienen comienzo. Lo inacabado o lo que no tiene origen, y el diálogo en relación entre dos imágenes que aquí vemos, sin duda inquieta la mirada cómoda que se deja llevar fácilmente por la necesidad de la conformidad unívoca entre las cosas y su registro visual, pues esa seguridad es reemplazada obstinadamente por la posibilidad de notar un horizonte de una complejidad diferente. Mónica Salinero |