Colección del Metalibro Sergio Castro San Martín M 5 Abril 2019 Fotografía: Sergio Castro Texto: Mónica Salinero Edición: Javiera Novoa Idioma: Español 150 ejemplares 36 páginas 21 fotografías 978-956-398-705-8 A-301442 Santiago de Chile Disponible en Tienda Flach y Laboratorio Migo $5.000 clp |
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La Colección M de Metalibro, presenta este quinto número con una selección fotográfica de Sergio Castro San Martín que nos habla de las imágenes como si se trataran de ventanas al mundo, secciones del habitar cotidiano, principalmente, urbano en distintos lugares. La arquitectura, sus demarcaciones y su estructura geométrica ordenan ese habitar, que es capturado en el aparente plano bidimensional de la fotografía. Esta preponderancia de las líneas y la geometría del espacio se ve potenciada por el corte del encuadre, que tensiona los límites de la representación y la racionalidad. Y a la vez, como contra punto, en esta edición surge con gracia y de forma intempestiva en el mundo del habitar lo imprevisto -agua que brota abrupta desde el pavimento- lo curioso -estructuras extrañas difíciles de descifrar- y quizás hasta lo insólito -una vaca de proporciones gigantescas.
Si aparentemente la fotografía no es sólo bidimensional ¿qué otra dimensión tiene? El tiempo; la fotografía siempre nos habla de un espacio que es inseparable de su tiempo, su tercera dimensión es el transcurrir. Y así, en tanto ventanas al mundo del habitar las fotografías de Castro nos muestran que los seres humanos lo habitamos en nuestra presencia y en nuestra ausencia, y cada uno de estos estados se observan como dos puntos opuestos donde los seres humanos somos siempre las y los protagonismos de ese transcurrir entre uno y otro extremo. Como la infinidad de monadas que compartimos este mundo nos reunimos en parques, museos y trabajos; no es necesario ver los rostros de cada uno de los que asisten a la reunión para reconocer que hemos compartido la experiencia del habitar en un tiempo, como tampoco lo es ver el rostro de quien está abriendo una puerta o mira desde su ventana hacia afuera. |
Se trata entonces de la representación de un espacio-tiempo que sabemos irrepetible, pero que paradójicamente podemos contemplar durante largo rato, y vivir junto y en él. Podemos, sin duda y sin mayor esfuerzo que el detenernos, mirar estas imágenes y habitarlas. Podemos, tal vez, narrarlas. Así, la práctica fotográfica emerge como una experiencia que pone de manifiesto la construcción de un relato, de un conocimiento -no una verdad- que es representación de este mundo del habitar, cuya especial característica es la experiencia del tiempo que nos llama a observar desapegadamente el mundo.
Mónica Salinero |