Colección A del Metalibro Fernando Novoa (1944-1999) A Póstumo Febrero 2019 Fotografía: Fernando Novoa Texto: Mónica Salinero Edición: Javiera Novoa Idioma: Español 100 ejemplares 96 páginas 66 fotografías + 1 978-956-398-524-5 A-299660 Santiago de Chile Disponible por Mensaje directo de IG Metalibro $10.000 clp |
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Esta primera edición de la Colección A del Metalibro es un hallazgo en los distintos sentidos que esta palabra tiene, es decir algo con lo que uno se encuentra y algo nuevo que es descubierto producto de una búsqueda intencionada*. Lo que da forma a Póstumo fue encontrado entre las pertenencias de Fernando Novoa, junto a los recibos de algunos de sus revelados fotográficos, cuyas tomas más antiguas datan de 1975. Las imágenes descubiertas hicieron emerger una forma ya olvidada de habitar el mundo de la representación fotográfica, de la cual esta edición puso especial atención en los amplios encuadres de paisajes que quizás conocemos, pero que son en sí mismas imágenes totalmente nuevas.
Las fotografías que reúne Póstumo en sus tres apartados se caracterizan, efectivamente, por encuadres amplios y la predominancia del paisaje, o mejor dicho de fotografías al aire libre en las que se observa siempre la supremacía de una tonalidad y el registro de estilizadas líneas naturales o de edificaciones. Las fotografías aquí dispuestas nos hablan de exteriores intervenidos por seres humanos, tanto en un pasado lejano como en un pasado inmediato, a través de una mirada que se posa sobre los avances técnicos confrontados por algunas imágenes que trasmiten elementos tradicionales. En momentos en que viajar era consecuencia de avances técnicos y a la vez un privilegio, las fotografías que se nos presentan tienden a tener una referencia constante al transitar. Y el mejor ejemplo de esta referencia es una de las pocas fotografías de interior: la visión desde el asiento trasero de un automóvil en movimiento. Estas imágenes totalmente nuevas, son hallazgos rebosantes de información sobre una época perdida, en la que se desplegaba una estética que disponía al mundo sensorial bajo las premisas de lo moderno y las promesas del desarrollo, incluyendo las contradicciones que estas promesas significaban para nuestras realidades de represas y animitas, de andariveles e inmensas montañas, de niños en patinetas y de policías marchando en otros rincones del mundo. El autor desestabiliza la historia y los relatos oficiales con imágenes que encierran la complejidad del ser moderno. |
Si estás imágenes son un descubrimiento de una forma ya olvidada de habitar el mundo de la representación fotográfica, de una determinada forma del mirar, ¿cuál es esta forma de habitar el mundo de la representación fotográfica? Sin duda una forma que difiere totalmente de la nuestra. ¿Podemos si quiera comprender hoy lo que significa una fotografía tomada hace más de 40 años atrás? ¿Podemos imaginar un mundo sin la producción desproporcionada de imágenes con la que convivimos diariamente? Si bien en aquel mundo existía la televisión, el cine y otros medios de comunicación de masas, jamás del alcance y el volumen de construcción de visualidades que existe hoy. Nuestro lugar como sujetos es radicalmente distinto en esta producción, ya que nuestra actual familiaridad con la producción de imágenes lo transforma en un acto banal: ¿Podemos imaginar un mundo donde tomar una fotografía es un privilegio reservado a un grupo? ¿Tenemos nosotros la capacidad de entender lo que significaba tomar una fotografía en ese mundo? Ciertamente, no del todo. Pero podríamos intuir que estas fotografías comparten algo con las nuestras: que son el resultado de un impulso por registrar y mostrar.
Si intentáramos hacer el ejercicio improbable de empatizar con la forma del mirar que nos presenta Póstumo, una alternativa sería concebirla como el imperativo de tomar registro rápidamente de un mundo que estaba cambiando aún más rápido de lo que se podía asimilar. Entonces nos podríamos preguntar ¿quién era el sujeto que tomó estás fotografías? Uno de los testigos favoritos de ese acelerado movimiento, que cual expedicionario registraría y llevaría consigo para mostrar la verdad a muchos otros, dando testimonio como pocos de haber estado ahí, en ese momento y en ese lugar, y de haber presenciado un mundo distinto. . Mónica Salinero *Cf., Rosenberg, Harold. “La foto como object trouvé”. En Indij, Guido y Silva, Ana. Clic! Fotografía y estética. La Marca Editora, 2017. |